Identificar cuáles son los canales-espacios y las prácticas tecno-comunicacionales de los estudiantes de la FIC
Los objetos de estudio de las ciencias sociales, entre los que se incluye ciencias de la comunicación, están caracterizados por los cambios y las transformaciones. Tales cambios aumentan la dificultad de captar una realidad social para ser estudiada y, en el caso de la comunicación, eso es más evidente tanto por los cambios sociales que se producen como también por los cambios tecnológicos. Por lo tanto, la delimitación del objeto de estudio es una de las primeras dificultades que afrontan las teorías de la comunicación y la información. Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) dieron lugar, además, a nuevas realidades sociales y comunicativas, y los investigadores se vieron obligados a actualizar de forma permanente la construcción y delimitación del objeto de estudio. No obstante, parece evidente la importancia de la comunicación en la sociedad actual.
Sin desconocer que la concreción del objeto de estudio tiene un problema terminológico que no se puede obviar dentro de las teorías de la comunicación y de la información, y que recibió diferentes etiquetas, este trabajo parte de entender a la comunicación como un proceso y a la información como un mensaje, apuntando a la comunicación humana en sus diferentes manifestaciones en la vida cotidiana, para entender de qué manera y de qué forma se producen las sinergias comunicativas en el relacionamiento de los estudiantes de la FIC a través de las TIC. Tal como señala Gifreu (1991:66-68): «La comunicación humana es un proceso histórico, simbólico e interactivo por el cual la realidad social es producida, compartida, conservada, controlada y transformada». Por lo tanto, entender cómo intervienen las TIC en las redes sociales de los estudiantes dentro de la FIC y cuáles son los procesos tecno-comunicacionales y tecno-informacionales que se generan en esas redes es uno de los objetivos centrales de esta investigación.
Rodrigo y Estrada (2008) señalan que la comunicación e información se utilizan a veces como sinónimos, y que si se busca en el origen de la comunicación hay que pensar en la retórica y en la hermenéutica, de manera que la comunicación es interacción y no solo transmisión de información. Estos autores señalan que es por ello que, básicamente, la comunicación es humana, mientras que la información tiene su origen en la informática y se puede situar en el ámbito subhumano, por ejemplo, se puede afirmar que las computadoras transmiten información, pero no se comunican.
Si bien la información y la comunicación son parte de un mismo momento de la comunicación humana, inseparables, en este trabajo se propone, como forma de categorización y análisis, observar cómo los estudiantes gestionan la información en las redes (tecno-información: contenido del mensaje) y cómo emerge el proceso comunicacional entre los estudiantes en las redes, con sus lógicas y prácticas, a partir del momento que el mensaje toma forma, se expresa y adquiere sentido (tecno-comunicación).
Esta investigación pone entonces el énfasis en el proceso comunicacional, definido por Gifreu (1991:67-68) como: “cualquier hecho comunicativo es un episodio contingente, que empieza y acaba y sigue un determinado desarrollo; esta característica procesal vale tanto para el individuo como para los grupos, las colectividades o las sociedades». Tal fenómeno comunicacional es, además, un proceso histórico: “ya que no hay comunicación en abstracto, sino en concreto. Todos los fenómenos de comunicación se producen en la historia y en una historia particular de los pueblos y las culturas». En otras palabras, toda realidad social se enmarca en un momento histórico determinado y con los referentes propios de aquel momento histórico para una cultura determinada. Ese proceso también es interactivo, debido a que: “comunicar es un hecho social por definición que pone en contacto sujetos sociales capaces de hablar y de actuar; comunicar es una relación, no una cosa» (Gifreu, 1991:67-68). Por lo tanto, si la comunicación es la relación, la producción del mensaje, el mensaje en sí mismo y el efecto serían la materialización de la relación: el producto/el resultado de la comunicación, señalan Rodrigo y Estrada (2008).
La comunicación implica también un proceso simbólico: “la interacción se produce por medio de símbolos cargados de significación y ordenados en forma de texto o discurso; el cimiento básico de esta significación es el lenguaje natural» (Grifeu, 1991:67-68). Sin embargo, entendemos en este trabajo que tal definición tiene matices. Grifeu menciona la importancia del lenguaje natural como inherente al ser humano y los lenguajes artificiales como una construcción humana que nos pueden hacer olvidar que, el lenguaje natural, también es convencional, en definitiva, una construcción humana. Si bien Gifreu se centra sobre todo en el lenguaje verbal, para la cultura occidental, el verbo seguramente es el principio, pero otras culturas quizás puedan valorar más otro tipo de formas de comunicación, como, por ejemplo, el gesto, sostienen Rodrigo y Estrada (2008).
En el caso de los jóvenes (unidad de análisis de esta investigación), a partir de las TIC y sobre todo de la plataforma WhatsApp, se observa que la oralidad se reforzó y recuperó ciertos usos sociales (¿quizás más tribales?), al mismo tiempo que está propiciando nuevas prácticas culturales. Tal como sostiene Gómez Mompart (2011), los nuevos dispositivos móviles y las redes sociales digitales permiten una multiplicación de oralidades junto con la oralidad presencial que ahora parece reconfigurarse:
“Pensemos, por ejemplo, en las escrituras y emoticonos de los SMS, de Twitter o WhatsApp; en las conversaciones vía chat; en la construcción de identidades en Tuenti o Facebook, o en la gestualidad aprehendida de los videoclips o de ciertas series audiovisuales. En conjunto, muchos jóvenes consideran que la nueva o tercera oralidad es más fluida o extravertida que la presencial, pero con menos matices. Y, a menudo, dicen sentirse más cómodos con las redes digitales que en directo o por teléfono, salvo que se trate de temas importantes, porque lo presencial y lo telefónico (menos) neutralizan la mentira y puede darse una oralidad más sincera” (Gómez Mompart, J.Ll., 2011).
En el siguiente apartado se identifican las prácticas tecno-comunicacionales y tecno-informacionales que establecen los estudiantes dentro de la FIC.
- La comunicación humana dentro de la red tecno-comunicacional
Las prácticas y lógicas comunicacionales del estudiantado de la FIC están atravesadas por diferentes canales-espacios (virtuales y/o presenciales) configurando sus mapas de sentido y resignificando su comunicación. Tal como se observa en el Gráfico 1, los espacios presenciales, a partir de la tecnología, pueden converger, fragmentarse e hibridarse en los canales virtuales, configurando así lo que llamamos una red tecno-comunicacional.
Gráfico 1. Mapa de la red comunicacional de los estudiantes (FIC-Udelar)
Fuente: Elaboración propia
Algunos autores como Mendes (2009) o Martín Barbero (2007), entre otros, señalan que vivimos un tiempo de fragmentación de informaciones, de imbricación de narrativas y de hibridación tecnológica y mediática que provoca profundos cambios en el ámbito de la comunicación y la cultura. En ese marco, entendemos por canales-espacios no solo a las redes sociales virtuales (Facebook, Instagram, Twitter, WhatsApp, etc.), sino también a los espacios presenciales de información, tales como las carteleras de la Facultad, la Bedelía, el bar de estudiantes, el salón de clases, los pasillos de la facultad, etc. Así, los canales-espacios de la red tecno-comunicacional hibridan los mensajes y su contenido (lo que entendemos como red tecno-informacional) a partir de la convergencia de otros canales (Twitter, Facebook, Instagram, etc.) y espacios comunicacionales (carteleras, bedelías, pasillos de la facultad, etc.
La hibridación fusiona diferentes elementos que comparten las técnicas de software y las interfaces generando una experiencia nueva y coherente, que es diferente a la experimentación de los elementos por separado, como en el caso de lo multimedia (Adell, s./f.). Tal como lo señala Manovich (2013), una vez que los ordenadores se transformaron en cómodas casas donde habitaban un sinfín de medios simulados y nuevos, es natural esperar que empezaran a generar híbridos, a fusionar nuevas combinaciones de medios. Por ejemplo, y para ilustrar la forma en que se entiende tal convergencia e hibridación en esta investigación, pensemos en un estudiante que toma una foto de una cartelera (espacio presencial) y la difunde por un grupo de WhatsApp (canal virtual) agregando un comentario escrito u oral a la imagen fotográfica. La experiencia es una, unificada en un mismo entorno de reproducción, y los elementos (a pesar de ser de diferentes tipos) comparten las mismas técnicas para ser vistos en conjunto, unos fusionados con otros (hibridados), aportando cada uno sus potencialidades a la experiencia global de la comunicación con el usuario.
La comunicación, entonces, como ya se mencionó, se entiende en este trabajo como un proceso y no como un conjunto de conocimientos técnicos donde los medios son vistos desde una perspectiva instrumental. La red tecno-comunicacional no es solo un soporte técnico de contenidos, sino que debe ser comprendida como un campo de mediaciones que supera la dicotomía entre forma y contenido. Actualmente, como sugiere Mendes (2009), vivimos en un contexto de disolución de fronteras en múltiples aspectos y dimensiones, de convergencia e hibridación de tecnologías, de medios de comunicación y de culturas:
“Las nuevas generaciones descubren el mundo por otros caminos que no son los de sus padres y abuelos. Ya no están presos a la lógica de la secuencialidad lineal, sino que experimentan la simultaneidad de las redes. Sus horizontes son mucho más anchos, y la amplitud y complejidad de sus relaciones personales e institucionales les permiten gran movilidad y diversidad cultural. Hoy, el ser humano urbanizado vive interconectado a través de Internet, que gana cada vez más velocidad y capacidad de almacenamiento y sistematización con la transmisión de datos en banda ancha” (Mendes, 2009:145).
Castells (2006, citado en Mendes 2009:145), al discutir la cultura en el contexto de Internet, también entiende que existe una hibridación o fusión que genera virtualidades reales:
“Puede que la característica más importante de la expresión multimedia sea que engloba dentro de su ámbito a la mayoría de las expresiones culturales en toda su diversidad. Su advenimiento equivale al fin de la separación, e incluso de la diferenciación, entre medios audiovisuales y medios impresos, cultura popular y cultura erudita, entretenimiento e información, educación y persuasión. Todas las expresiones culturales, de la peor a la mejor, de la más elitista a la más popular, se unen en este universo digital que vincula, en un supertexto histórico gigantesco, las manifestaciones pasadas, presentes y futuras de la mente comunicativa, a partir de lo cual construyen un nuevo entorno simbólico, convirtiendo a la virtualidad en nuestra realidad”.
Para Canclini (2001:14), la hibridación cultural se entiende como “aquellos procesos socioculturales en los que las estructuras o prácticas discretas, que existían en forma separada, se combinan para generar nuevas estructuras, objetos y prácticas”. Es decir, son las prácticas, las estructuras y los objetos que se hibridan y no las culturas como todos aislados las que se vuelven híbridas.
En acuerdo con estos autores, en esta investigación se propone a la hibridación tecno-comunicacional como el proceso por el cual las prácticas comunicacionales de los estudiantes se combinan en y con nuevos canales-espacios de mediación, donde las fronteras de cada uno de esos canales-espacios tecnológicos se difuminan, convergen e hibridan generando novedosas formas, estructuras, lógicas y pactos socio-comunicacionales que generan una experiencia nueva y coherente de sentido. Este proceso de hibridación ocurre de modo espontáneo o como resultado imprevisto de distintos procesos sociales mediados por la comunicación y lo cultural. La hibridación emerge entonces como resultado de las prácticas comunicacionales que habilitan las TIC y de los procesos de comunicación y socialización, de la apropiación de sentido y de la resignificación de los espacios Tecnológicos, Geográficos y Sociales (TGS) (Olivera, 2013, 2014, 2015, 2017, 2020) que habitan, instituyen y construyen los estudiantes de forma individual y colectiva.
A continuación se presentan los resultados de la información relevada a partir de las encuestas y los grupos de discusión realizados.
1.1. Canales-espacios tecno-comunicacionales
Tal como se observa en el Gráfico 2, los datos muestran que la red tecno-comunicacional estaría compuesta, principalmente, por cinco canales-espacios: WhatsApp, Twitter, Instagram, E-mail y Facebook, que son utilizados por más del 50% de los estudiantes de la FIC. De estos canales tecno-comunicacionales el más utilizados por los estudiantes es WhatsApp por sobre el resto de los canales virtuales.
Gráfico 2. Canales-espacios tecno-comunicacionales de los estudiantes (FIC-Udelar)
Fuente: Elaboración propia
Los datos del Gráfico 2 muestran uno de los hallazgos más importantes de esta investigación: dentro de la red comunicacional emerge un espacio presencial que tendría un lugar clave en la configuración del mapa comunicacional de los estudiantes, el «boca a boca». A continuación se describen las características que tiene WhatsApp y el «boca a boca» dentro de esa red comunicacional.
1.1.1 WhatsApp
Las características de WhatsApp (instantaneidad, comunicación de uno a muchos, envío de archivos, plataforma amigable y sencilla, etc.), así como las distintas formas de comunicación que habilita (grupos, llamadas y chats directos), son facilidades que los estudiantes incorporan en sus estrategias comunicacionales para acceder a diversos tipos de información de su interés:
“(…) es mucho más sencillo comunicarse por los grupos de WhatsApp porque es mucho más rápida la información, más resúmenes, audios y por más que lo tengas en el Drive está bueno». (GDI, varón, 26 años)
Esas características diferenciales de WhatsApp facilitaron que los estudiantes se apropien de la herramienta en lugar de otras como Facebook en muy poco tiempo. Tal como se desprende del estudio “Centro de Estudiantes y TIC: ¿Nuevas formas de participación estudiantil?” (Borges, López, Motta y Vázquez, 2018), en 2017 Facebook era utilizado por más del 66% de los estudiantes para comunicarse entre pares, mientras que, según los datos cuantitativos de esta investigación, en 2019 su uso cayó al 37,2%, Los estudiantes no son ajenos a tales cambios:
“Al principio cuando yo entré a la facultad, que soy generación 2015, estaba ‘súper de moda’ hacer grupo de la generación en Facebook. (…) Hacían grupo de la generación y ahí todo el mundo publica cosas… No sé, preguntas que tenían, cosas que había para la leer, si faltaba un profesor. O sea, todo lo que sabíamos. Era como mucha gente, todo el mundo estaba súper pendiente de eso, todo el tiempo estaba como hasta saturado. Y después eso fue cayendo. Creo que cuando ya llegamos a este edificio como en 2017 ¿no? (GDCP, hombre, 21 años)
Si observamos las diferentes posibilidades de comunicación que habilita WhatsApp (grupos, chats privados y llamadas) se puede inferir que cada una de esas posibilidades es un canal-espacio en sí mismo, que poseen sus propias características y que habilitan distintas formas y lógicas de comunicación. Tal como se observa en el Gráfico 2, los grupos y los chats privados de WhatsApp concentran más del 90% de las comunicaciones entre pares.
La otra variable que destaca a WhatsApp sobre el resto de canales-espacios es la frecuencia (Gráfico 3). Más del 50% utiliza ese canal al menos una vez al día en relación con otras redes sociales como Facebook, Twitter, Instagram o Youtube, que tienen una menor injerencia en la red comunicacional de los estudiantes.
Los estudiantes eligen la plataforma Whatsapp para relacionarse e hibridan al resto de canales-espacios en sus prácticas diarias, a partir de la convergencia tecno-comunicacional, generando vínculos más directos y rápidos en pro de la gestión de un bien común (materiales de estudio e información institucional) entre pares.
1.1.2 Boca a boca
Los datos arrojan que la comunicación personal (boca a boca) ocupa un lugar relevante dentro de la red comunicacional, ya que el 89% de los estudiantes lo utiliza para comunicarse con sus pares. Sin embargo, según los datos cuantitativos, la frecuencia de uso del boca a boca (42%) es un poco menor a la de WhatsApp que estaría por encima del 50%. Se infiere de este dato que la oralidad del boca a boca se extiende a los audios que se envían por WhatsApp, una posibilidad que en términos ¨mcluhaianos¨ (Borges, López, Motta y Vázquez, 2018) ahora habilita la tecnología, lo que genera un contexto de disolución de fronteras, de convergencias e hibridaciones de tecnologías, como explica Mendes (2009). WhatsApp estaría habilitando entonces una multiplicación de oralidades (grupos, privado o llamadas), junto con la oralidad presencial, que reconfigura la red comunicacional en una “nueva oralidad”, como la llama Gómez Mompart (2011). La naturalización de tales prácticas tecno-comunicacionales e informacionales por parte de los jóvenes dentro de WhatsApp invisibiliza tal hibridación y genera un proceso simbólico e interactivo por el cual la realidad social es producida, compartida, conservada, controlada y transformada, como señala Gifreu (1991), en un tiempo y un momento histórico determinado: la era digital.
La comunicación presencial con el otro, el boca a boca, es lo que permitirá que se establezcan vínculos de confianza, para que luego la comunicación se traslade a la relación virtual o tecno-comunicacional. Dicho de otra forma, en el cara a cara se genera el vínculo de confianza con el otro para luego intercambiar el número de teléfono personal y habilitar la comunicación por WhatsApp. Estas prácticas presenciales, junto con otras, permitirán luego que los estudiantes construyan y consoliden la red tecno-comunicacional en relación, y de forma conjunta, con los otros canales-espacios (Badetto, 2019).
Es interesante observar que en el auge de la sociedad de la información, donde cada vez más las comunicaciones están mediadas por las tecnologías, la comunicación cara a cara, el vínculo presencial que se establece en la confianza con el otro, continúa ocupando un lugar relevante en el mapa comunicacional de los jóvenes. La relación de confianza que se teje de forma presencial es la que permite luego la estabilidad dentro del enjambre tecno-comunicacional.
1.2. Re-configuración de las prácticas tecno-comunicacionales de los estudiantes
Tal como se desprende de los datos de este estudio, y en consonancia con el trabajo “Universidad y TIC. Análisis de las nuevas prácticas de producción y circulación de la información del Cenur Litoral Norte” (Olivera et al., 2020), las prácticas tecno-comunicacionales de los estudiantes están en continuo cambio, ya que la aparición de nuevas herramientas TIC transforman los procesos comunicativos, donde algunos canales-espacios se resignifican, hibridan y/o fragmentan dentro de la red comunicacional. Por ejemplo, a partir de la lectura del gráfico 3 se puede inferir, considerando las franjas etarias, que los grupos de WhatsApp podrían ser más utilizados por los estudiantes de la generación 2018 y 2019 que por las generaciones anteriores.
Gráfico 3. Canales-espacios de comunicación más utilizados por los estudiantes según edad.
(En porcentaje de estudiantes)
Fuente: Elaboración propia en base censo PIMCEU, 765 casos
Tal como se desprende de los grupos de discusión, las nuevas generaciones se relacionan a través de una compleja red de grupos de WhatsApp. Los estudiantes no son ajenos a estos cambios en sus prácticas tecno-comunicacionales y advierten, por ejemplo, la sustitución de los grupos de Facebook por los grupos de WhatsApp:
“Al principio cuando yo entré a la facultad, que soy generación 2015, estaba ‘súper de moda’ hacer grupo de la generación en Facebook”. (GDCP, hombre, 21 años)
Sin embargo, tal como señalamos anteriormente, los grupos de Facebook no habrían desaparecido por completo, sino que se re-configuran y conviven dentro de la red:
“(…) todavía está mi grupo (Facebook) de generación 2017 matutino y también existe uno nocturno y uno general. Hay tres grupos. Se mueven poco. Ya en el momento se movían poco, pero creo que cada tanto algo surge. Por ejemplo, a veces comparten cosas de las redes de la FIC. Ahora los grupos de generación están ahí (WhatsApp) y los grupos de cada materia incluso están en WhatsApp» (GDCP, hombre, 21 años).
Los estudiantes fragmentan los grupos de WhatsApp atendiendo a intereses generales (generacional, asignaturas, entre otros) y específicos (grupos de estudio, afinidades, etc.), que están al alcance de la mano, de un “click” en el smartphone, en una plataforma que eligen por su mayor flexibilidad y sencillez, tal como mencionan cuando se les pregunta por las comodidades que trajo WhatsApp:
«-¿En sus celulares tienen grupos generales y grupos por materias?
-Sí. En mi caso no estoy en el grupo de mi generación.
-Claro, yo tampoco. Porque no es con la generación que hago todas las materias. A veces termina siendo mejor estar en el grupo de cada materia.
-Porque estás cruzado con varias generaciones y son cosas específicas. A veces en el grupo de la generación, por lo que me contaban mis compañeros o llegué a ver que me mostraban, hablaban de cualquier cosa. A veces cosas generales de la FIC o de la generación y, a veces, cosas como ‘encontré este perrito, ¿quién quiere adoptarlo?’. No digo que no pase también en los grupos de las materias, pero son más específicos».
(Reproducción de la charla del grupo de discusión comunicación-profundización).
2. La articulación de la red tecno-comunicacional con la producción de mensajes en la red tecno-informacional
Como ya se mencionó, la comunicación es un proceso que contiene la producción de mensajes, el mensaje en sí mismo, la circulación y su materialización, lo que llamamos en este trabajo red tecno-informacional; en otras palabras, la relación del producto y el resultado del proceso de comunicación.
Las prácticas y lógicas de sentido que establecen los estudiantes dentro de esa red tecno-informacional están atravesadas también por diferentes canales-espacios (virtuales y presenciales) configurando un nuevo mapa comunicacional. Tal como se observa en el Gráfico 4, los espacios presenciales configuran informaciones de carácter presencial que pueden converger en los canales virtuales, fragmentándose e hibridándose, lo que entendemos aquí por mensajes tecno-informacionales.
Los estudiantes buscan así información sobre asuntos relacionados a su carrera dentro de una red tecno-informacional, convergente y fragmentada por distintos canales, hibridando mensajes que generan novedosas formas, estructuras, lógicas y pactos socio-comunicacionales que aportan una experiencia nueva y coherente en sus prácticas de sentido comunicacionales.
Gráfico 4. Red tecno-informacional de los estudiantes (FIC-Udelar)
Fuente: Elaboración propia
Los estudiantes centran la búsqueda de la información de sus intereses, principalmente, y en relación a su carrera, en: a) EVA, b) de manera personal (boca a boca), c) el portal web de la FIC, d) aula, y e) WhatsApp (Gráfico 5). Los datos muestran la gran relevancia de los espacios presenciales (boca a boca y el aula) en los procesos comunicacionales y en relación a la virtualidad. Si contemplamos además en este dato, y tal como se explica en el punto 1.1.2., que la oralidad del boca a boca se extiende a los audios que se envían por WhatsApp generando una nueva oralidad, producto de las convergencias, fragmentaciones e hibridaciones que ahora permite la tecnología, podemos inferir que de los cinco canales-espacios donde los estudiantes buscan información, tres pertenecen a la presencialidad. La comunicación con el docente en clase sigue teniendo un lugar clave en el mapa comunicacional de los estudiantes, al igual que las tradicionales carteleras, superando incluso, por ejemplo, a las mismas redes sociales virtuales institucionales de la FIC.
La red tecno-comunicacional está compuesta por canales-espacios que son formales e informales, tal como se desprende del gráfico 5. Entendemos por canales-espacios formales a aquellos que tienen un vínculo institucional o son gestionados por la institución (FIC-Udelar), por ejemplo: las clases docentes, los sitios web y redes sociales de la FIC, la plataforma EVA, la carteleria de Bedelía, etc. Los canales-espacios informales son todos aquellos que funcionan, o se gestionan, de manera no institucional, por ejemplo: la plataforma ADAN, la cafetería, los grupos de WhatsApp (generacional, de clase, etc.), entre otros.
Los datos cuantitativos muestran la importancia que tiene para los estudiantes los canales-espacios institucionales al momento de buscar información en relación a la FIC. Por ejemplo, el EVA (Gráfico 5), que tiene carácter formal, institucional, se encuentra en el primer lugar de importancia como canal-espacio de consulta para los estudiantes (97,1%), y WhatsApp (informal) ocuparía el quinto lugar (85,9%). Es decir, la búsqueda de información a través de Whatsapp parece perder relevancia en relación al EVA o la web de la FIC, pero cuando se incorpora la variable “frecuencia”, la preeminencia que adquiere WhatsApp es significativa en relación al resto de canales-espacios formales e informales (Gráfico 6). Esto se explica por el dinamismo de la plataforma WhatsApp en relación a los otros canales-espacios tales como la cartelera o la web de la FIC, donde la información tiene mayor permanencia en el tiempo. Sin embargo, los procesos de convergencia, fragmentación e hibridación que habilitan las tecnologías configuran una red tecno-comunicacional en la cual WhatsApp emerge como el canal-espacio, según confirman los estudiantes en los grupos de discusión, por donde “todo circula” debido a su instantaneidad, facilidad, ubicuidad y convergencia de aplicaciones y contenidos multimedia. Para ellos, los grupos de WhatsApp se convirtieron en un canal-espacio clave en la circulación de distintos contenidos y materiales de estudio dentro de la red tecno-informacional (Gráfico 7):
“Sí, eso se da lo mismo en los libros, en los resúmenes, en los videos, todo circula por WhatsApp. Sí, porque aparte piden resúmenes, o sea, todo el tiempo” (GDGA, mujer, 22 años).
Gráfico 5. ¿Dónde buscan los estudiantes de la FIC la información de su interés?
Fuente: Elaboración propia
Gráfico 6. Frecuencia de búsqueda de los estudiantes en los canales-espacios
Fuente: Elaboración propia
El gráfico 6 muestra que los canales-espacios informales tienen una mayor frecuencia de consulta que los canales-espacios formales y que, WhatsApp, específicamente, podría establecer un cambio radical en las lógicas de apropiación de la información. Sin embargo, lo que surge de las técnicas cualitativas es que el carácter formal e informal de la información también está hibridada dentro de la red tecno-informacional, sobre todo en la plataforma WhatsApp. Por ejemplo, cómo surge en los grupos de discusión y se analiza en el apartado del objetivo 4, los estudiantes pueden ingresar a buscar una información a la plataforma EVA (formal) y difundirla por los grupos de clase de WhatsApp (informal). Así, la información que circula por los canales-espacios informales no deja de ser una información formal, articulando o poniendo en diálogo el carácter formal e informal de la misma dentro de la red tecno-comunicacional. La circulación de la información formal por las canales-espacios informales queda sujeta a otra variable: la validación. Los estudiantes, para validar esa información dentro de la red tecno-informacional, deben ahora adjuntar “pruebas” que garanticen la fiabilidad y garantía de la calidad de lo que se difunde. Las prácticas, entonces, se re-configuran y los estudiantes acompañan la información con una foto o toma de pantalla (si es información de la cartelera de la FIC, de un mail, de una noticia de la web o redes sociales de la FIC, etc.), o del audio de un docente, o de un documento que compruebe la existencia de lo informado, etc.
Gráfico 7. Diagrama de frecuencia de la red comunicacional
Fuente: elaboración propia
Por último, las procesos de convergencia, fragmentación e hibridación de los canales-espacios, así como de la mediación del carácter formal o informal y la validación de la información que realizan los estudiantes en las TIC, generan novedosas formas, estructuras, lógicas y pactos socio-comunicacionales que configuran redes tecno-comunicacionales y tecno-informacionales que habilitan otras experiencias y sentidos (¿nuevas oralidades?) en la apropiación de la comunicación humana.
El cambio complejo en los procesos de tecno-sociabilidad supone una incorporación muy rápida de prácticas, lógicas y relaciones en las actividades cotidianas de los estudiantes, quienes ahora transitan, habitan, conviven y comparten esos nuevos espacios Tecnológicos, Geográficos y Sociales, tal como se explica en el apartado del objetivo 4.
Sería oportuno que la red comunicacional de la Udelar, a la luz de estos resultados, incluyera en su agenda la reflexión sobre cómo adaptarse y entender lo que parece constituir un nuevo paradigma mediacional compuesto por novedosas formas de intervención y apropiación social, que crean al mismo tiempo nuevas dinámicas y lógicas de relacionamiento que no podrían entenderse sin las TIC.
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